Paseaba con mi perrillo por el parque … pipi-can oloroso… jugábamos a la pelota, a Platón le encanta jugar con la pelota, cuandó llegó Max.
Conocemos a Max hace algunos meses, ambos perros son machos no castrados, pero nunca han peleado, se entienden bien aunque no juegan demasiado. Platón a lo suyo, a la pelota. Platón no es muy territorial, Max si…
Hace días que noto a Max acobardado, cuando llega al pipi-can se esconde debajo del banco y no juega, cuando me acerco a tocarlo se retrae, como con miedo y agacha la cabeza.
Max está asustado, acobardado, era un perro bastante territorial y ahora siente miedo.
Al hablar con su dueño, me dice que se lo dejó a su hija y debe haber tenido alguna mala experiencia porque desde que volvió a casa está así.
Los síntomas en homeopatía son claros… cuando algo te asusta de manera repentina no hay nada mejor que un par de días tomando Aconitum napellus. Eliminamos el susto y el miedo, el animal de alguna manera entiende que quizá no es tan fuerte como pensaba, que hay otros animales más fuertes que el y se coloca en su espacio, en su jerarquía y continua relacionandose con los perros, pero de otra manera, más calmada, menos territorial pero sin miedo, aceptando quien es y con quién debe o no mostrarse fuerte y orgulloso.
Si no toma Aconitum, el miedo se instala en el y se cronifica la situación haciendo que durante semanas, meses el perro no viva bien relacionarse con otros animales y no disfrute de sus paseos.
Cuando ocurre esto, tenemos que lograr llegar a ese foco de miedo, y en ese caso el Sulfur es el remedio más indicado. El Sulfur trabaja esta cronificación y si se le da al perro al menos dos semanas, la situación va cambiando… el perro no es que vuelva a ser el que era, porque ha tenido una experiencia, pero antes no había aprendido de esa experiencia y con el Sulfur aprende… y qué hacemos en esta vida más que aprender lecciones? una con otra, lección con lección a vivir bien con nosotros mismos entendiendo lo que somos y nuestro espacio y miedos en esta vida…