Este interesante ejemplo explica el proceso de formación y resolución de un tumor en una parrita, Su explicación biológica de por qué apareción el proceso y de cómo lo resolvión buscando la mejor solcuión biológica.
Si conseguimos entender por qué se originan los trastornos podremos tratar de buscar una soplución lógica.
Ejemplo: Carcinoma mamario en un perro salchicha hembra
La perrita salchicha, que pide la salchicha con la pata izquierda, es obviamente “zurda”. Además de un carcinoma mamario, también sufrió una epilepsia gástrica.
Su dueña había muerto ya muy anciana. La hija de la dueña tomó a la mascota y la llevó a su apartamento y la instaló en el estanquero.
El animal sufrió al mismo tiempo dos conflictos:
1. Un conflicto de territorio activo en la mama diestra correspondiente (por ser zurda).
2. Un conflicto de identidad con la úlcera gástrica correspondiente.
La perrita salchicha zurda, quien siempre pide por la comida con la pata izquierda.
Me di cuenta que el animal sufría un ataque epiléptico cada vez que el hermano de la nueva dueña venía de visita. Esto era debido a que el animal, quien sufría cada vez un conflicto de identidad de no-sé-a-dónde-pertenezco, creía que él la llevaría a su antigua casa donde el hermano de la nueva dueña aún vivía. Al resignarse porque se daba cuenta que él no la llevaría comenzaba su crisis epiléptica. Y así entendimos el lenguaje del cerebro de la pequeña perrita, la cual ya había sido operada de las mamas antes y ahora iba a ser sacrificada.
La terapia fue relativamente fácil una vez que pudimos entender el lenguaje del animalito. Teníamos que procurar una solución permanente para el conflicto biológico de identidad de no-sé-a-dónde-pertenezco. Para resolverlo hicimos que el hermano de la dueña no fuera de visita durante algunos meses. Además, todos los días le llevaba yo al animal una salchicha, la cual obviamente le gustaba bastante. Pronto supo otra vez el animal a donde pertenecía. El conflicto activo de la mama se detuvo y no fue necesario realizar ninguna operación.
La epilepsia que se manifestaba dos veces a la semana luego de la visita del hermano se detuvo abruptamente. Nadie volvió a hablar de sacrificar al animal.
Desde hace ya varios años que la perrita sigue vivaz y se siente bien. Sólo fue necesario entender el lenguaje de la “camarada salchicha” para que la terapia fuera fácil, es decir, lógica, consecuente y concluyente. Esto pudo suceder gracias a que el lenguaje del cerebro es el idioma internacional de los animales, tanto con respecto a la localización del miedo y del conflicto en el cerebro, como también la alteración del curso normal del cerebro es similar a como sucede en los humanos. Un conflicto de madre/hijo, un conflicto del mancillamiento de la autoestima, conflicto de tener la soga al cuello, etc. Todos estos conflictos, en humanos y mamíferos, se encuentran en lugares comparables.